Catarsis*

Mi última crónica fue catártica. Escribir fue la mejor forma, de hecho, la única que conozco, de exteriorizar todo ese dolor y angustia acumulada que me provocó un fuerte quebranto de salud que tuve hace un mes. El mismo que me llevó a suspender mi vida, dejar mis crónicas y revaluar un montón de cosas que estaba haciendo. Ha sido uno de los escritos mas fuertes que he hecho y la verdad no lo hice simplemente para exponerme o contarles lo que me pasó.

Realmente lo hice para contarles que mis últimos meses han sido complicados. Cambios de vida, de empleo, nuevos retos y ahora mi quiebre de salud. Pero, sobre todo, lo hice porque quería contarles que no he dejado de escribir por simple pereza, sino porque pasaron cosas que me superaron, cosas más grandes que yo pero que no lograron más que fortalecerme. Ahora me siento mucho mejor mis queridos lectores.

Luego de afrontar un golpe en la salud, de sentir y recibir el apoyo de mi familia, de mi chico, de mis amigos y de muchos de ustedes, y de saber que estoy mas acompañado que muchas personas en el mundo, por lo cual me siento profundamente afortunado, siento que cualquier camino de aquí en adelante es para crecer y fortalecerme.

De este proceso me llevo fuertes aprendizajes. Por ejemplo, me pasó algo lindo. En uno de los muchos posts que pongo en mi Facebook, quise dejar una fotografía mía en la clínica, como repitiéndome una y otra vez “todo va a estar bien”, la que titulé recuperándome. Muchos me mandaron su buena energía, sus saludos y su cariño. Palabras que podían ser simples mensajes pero que me llegaron al corazón.

Algunas semanas después, ya cuando había regresado a mi vida cotidiana, hablé con mi madre una tarde que hacíamos un café con galletas. Entre todo lo que conversamos, salió a relucir todo lo que había pasado, incluyendo mi estadía en la clínica. Cuando hablábamos del tema, ella me dijo que nunca se había imaginado que la comunidad LGBTI fuera tan espiritual.

Yo la miré con cara de “¿a qué viene eso?” y ella, antes de dejarme interrogarla, se apresuró a mencionar la foto en cuestión que publiqué aquel día. Literalmente me dijo que sentía que más allá de nuestra condición o preferencia sexual nos unía un vinculo de hermandad y compasión espiritual que no había visto antes, y que se había dado cuenta de eso con todas las palabras que habían dejado en mi muro.

Yo la miré con mucha ternura y amor, con infinito amor, y solo pude decirle que ahora ella también entendía el porqué me la pasaba escribiendo sobre nosotros y el porqué de mi lucha desde mi palco particular, por la reivindicación de nuestros derechos.

De pronto es el estrés post traumático, la melancolía pos hospitalizada o un efecto secundario de todos los fármacos que me he tomado, pero siento que este es un nuevo comienzo. Y bueno, en vista de que ya me estoy sintiendo un poco terapeuta motivacional, lo dejaré de este tamaño. Basta con agradecerles una vez más a todos por leer la sarta de cosas que se me ocurren, de mandarles mi infinito amor y decirles, antes de que se vayan, que todavía tengo un montón por decir, y en cuanto pueda, lo seguiré escribiendo.

P.D. Las historias del hombre lobo en la clínica irán saliendo poco a poco.

Catarsis.

Del lat. mod. catharsis, y este del gr. κάθαρσις kátharsis ‘purga’, ‘purificación’.

  1. f. Entre los antiguos griegos, purificación ritual de personas o cosas afectadas de alguna impureza.
  2. f. Efecto purificador y liberador que causa la tragedia en los espectadores suscitando la compasión, el horror y otras emociones.
  3. f. Purificación, liberación o transformación interior suscitadas por una experiencia vital profunda.

 

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