!Publicistas!


Ivory SoapEl día de hoy les hablaré de una especie de individuos que han logrado captar mi atención en los últimos tiempos por sus acciones pero sobre todo por su particular forma de ser: los publicistas.

Y es que a estas alturas me pregunto ¿Cuál es mi maldito problema con los publicistas? Es decir en serio ¿Qué me pasa con estos individuos hacia los cuales me siento tan profundamente atraído pero que son seres enigmáticos e incluso peligrosos? La verdad no lo sé, pero el caso es que tuve una temporada bastante larga en la que solo me llamaban la atención estos seres tan peculiares. Me pasaba en las circunstancias más singulares e incluso inverosímiles, es decir de un montón de tipos que me hablaban solo me llamaba la atención uno y ¿adivinen qué?, púes claro era publicista.

Y bueno no es que esté mal, y desde luego no tiene nada que ver el hecho de que uno de estos personajes me haya causado una pequeña decepción que me llevó a una tusa grado 1 en la escala de tusa (que supongo va del 1 al 5 según mi experiencia personal). El asunto es que mi investigación me llevó a determinar ciertas variables con este segmento de la población masculina sobre el cual se han tejido tantos y tantos mitos.

En primer lugar debo decir que el publicista promedio está bueno. En general son lindos físicamente porque debe haber algún tipo de prerrequisito en las facultades de publicidad del país que solo permite admitir hombres guapos o por lo menos con cierto potencial. Y bueno me refiero al potencial porque algunos de ellos aun sin tener el prototipo fisionómico más afortunado se esmeran para exaltar sus cualidades físicas. Se dejan crecer sus barbas tipo hipster americano, usan lentes que los hacen ver mucho más interesantes y que resaltan sus rostros perspicaces y lo mejor siempre llevan sus cortes de pelo a la moda, haciendo gala de sus conocimientos sobre las más recientes tendencias a nivel mundial.

19368563738_2d8b0521f2_oSus atuendos son algo descomunal, muy bien vestidos tienden a usar botas Dr. Marteen, con jeans del tipo Diesel o Levis, ajustados pero lo suficiente para no verse afeminados. Por el contrario se ven perfectamente vestidos, muy hombres ellos de acuerdo a su estilo personal que va desde el vaquero contemporáneo salido de una campaña de Marlboro, hasta el de vocalista de grupo de música indie del tipo de The Drums o Years & Years.

Otra cosa distintiva del publicista promedio es su buen gusto. Buen gusto al vestir como lo he dicho, pero también buen gusto al momento de comer, de rumbear, de leer, de ver películas. Y pasa que el publicista promedio sabe de arte, de diseño, de tendencia, de moda. Ver una peli con un publicista es una experiencia maravillosa porque mientras yo digo que el guion tiene grandes vacíos en cuanto a continuidad y trama, él ve un filtro amarillo que hace que las montañas se vean de color púrpura lo que hace resaltar el pelo rojo de la chica de ojos verdes que conduce un carro por un pueblo perdido en la mitad de Ohio, porque la verdad todo pasa en Ohio en las películas gringas.

Ahora bien, que siendo francos el publicista es un gentleman contemporáneo. Sus buenas maneras, su forma de hablar, su manera de caminar e incluso de como “piden el favor” los hacen irresistibles para quienes todavía creemos que no hay nada más seductor que un hombre educado y refinado pero serio y varonil.

En general beben gin y tónica y prefieren música no comercial o electrónica, de hecho usarían sombreros de copa y boquilla para el cigarrillo si eso no fuera demasiado vintage. Y bueno siendo sincero un publicista lleva siempre unas bonitas ojeras que le hacen juego con el atuendo, pero no es por sus fiestas en mitad de semana ni por sus cocteles con los clientes, generalmente es porque sus horarios laborales son diferentes al del resto de los mortales, pues aunque muy tranquillos pueden entrar a trabajar tipo 9 o 10 de la mañana, lo cierto es que nunca saben la hora en que termina su día.

slide_9062_125689_largePero claro, como la vida no es justa y de eso tan bueno no dan tanto, los publicistas también tienen su lado oscuro. De plano son arrogantes, pero es esa arrogancia que me fascina en un hombre que lo hace parecer el más desgraciado pero a la vez el más sexy del mundo. Y es que no sé cómo describirlo, pero me gusta esa fuerza de personalidad que hace a un hombre sobresalir entre la multitud, ser único y especial, a pesar de ser tildado de prepotente, pedante y rayado.

Claro que una cosa es que sea un desgraciado con el resto del mundo y otra muy diferente es cuando muestran su lado más malvado conmigo, ahí todo cambia y entonces no es tan chévere la arrogancia. Y bueno lo cierto es que los publicistas son mi kriptonita porque me fascinan, me encanta su actitud, su forma de ver el mundo y la manera como asumen la vida, pero al fin de cuentas terminan debilitándome y haciendo que quiera alejarme lo más pronto posible.

Claro que no quiero generalizar, cada ser humano es diferente independientemente de lo que estudia o en que trabaja. De hecho estoy completamente convencido que cada individuo es un universo diferente a pesar de las influencias externas, pero lo cierto es que no quería quedarme sin escribir de los publicistas, en serio me fascinan. Y bueno ya para cerrar quiero que la próxima vez que se topen con uno de estos personajes se acuerden de esta historia, que los analicen con detenimiento y como yo se darán cuenta que los publicistas son los dandies contemporáneos.

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